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sábado, 20 de diciembre de 2014

Pujol, «el imputado»

Caramba con la puertecita... ¿Qué les recuerda?
La realidad es que, desde el mes de Julio, desde la esperpéntica «confesión» del personaje, confesión que mereció oportuna atención en este blog, me había prácticamente olvidado del ex-honorable, excepción hecha de la esporádica aparición del tema en los medios, incluidos los ejemplarizantes descargos de culpabilidad, blandiendo la retórica «presunción de inocencia», con los que nos ha obsequiado su, mal que les pese, retoño político (no biológico), Convergencia Democrática.

Pero el caso ha experimentado un importante salto cualitativo, representado por el auto de imputación de la magistrada del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, Dª Beatriz Balfagón, emitido el 11 de Diciembre pasado, requiriendo la declaración del susodicho (Pujol, «el imputado»), su esposa Marta y tres de sus hijos (Marta, Mireia y Pere) el próximo 27 de Enero.

Este hecho es el que me ha llevado a interesarme de nuevo por el personaje y su prole, dedicando alguna atención, tanto a las informaciones de los medios, como al propio auto de imputación, atención que, adelanto en mi descargo, ha sido un tanto superficial, centrada en la reacción epidérmica e inmediata, no excesivamente meditada, que algunas partes de la lectura me han provocado, en sintonía, creo, con la mayoría de los mortales, agotados sufridores de hechos de categoría similar a los descritos, a los que no les es exigible tener conocimientos ni ganas de entrar en mayores profundidades analíticas (1).

La juez imputa a Jordi Pujol por ocultar la fortuna familiar en Andorra (El País, 16-12-2014)

Empezamos leyendo algo que ya sabiamos: «Según relató el expresidente catalán el 25 de julio, el dinero oculto en el país de los Pirineos procedía de una herencia paterna que el abuelo Florenci Pujol legó a su nuera Marta y a sus siete hijos», pero lo realmente importante es ésto: «La Fiscalía Anticorrupción y la magistrada ponen en duda esa tesis». O sea, ya somos más, porque esta impresión era y es la generalizada.

Nos enteramos también que «El pasado julio —unos días antes de la confesión—, la madre y los tres hijos regularizaron los fondos de Andorra —unos cuatro millones, en total— y los depositaron en una cuenta del Banco de Madrid». Manda güevos... ¡unos días antes!, además ¡qué poca sensibilidad! Lo podrían haber hecho en un banco autóctono, CaixaBanc o el Banc de Sabadell.

Por último destacamos que «La juez ve necesario ahora “dar la oportunidad a los imputados de ser oídos” y “tomarles declaración”, una decisión que ha generado malestar en el entorno del expresidente al considerarla prematura». Perfecto, prematuramente o no, que declaren.

Conclusión: Esperemos que con estas diligencias se vierta algo de luz sobre tan oscuros y desagradables hechos, los cuales ya han causado profunda mella en la credibilidad de la clase política, fundamentalmente debido a la personalidad del imputado, ejemplo y paradigma de corrección política para la mayoría de ciudadanos, entre los que me incluyo, hasta Julio pasado. Y esta mella es irreparable. 

Terminamos con un juicio de valor, también simplista y superficial, pero profundamente arraigado: ¡Vaya familia! ¿Dónde queda la Calidad y la Excelencia polìtica? (2)

Notas: 
  1. Si a los políticos les parece mal esta «superficialidad» de los ciudadanos, que se lo piensen antes de ponerse bajo su simplificador punto de mira.
  2. No olvidemos que faltan hijos, imputados en otras causas y que los datos de la regularización de Hacienda, en especial los correspondientes a la «radical» Mireia (21.200 € declarados en 2010), provocan sonrojo e indignación extrema (ver “Quién es quién en el caso Pujol”).

sábado, 29 de noviembre de 2014

¿Desahuciar el Senado?

El «Pleno» (¿ironía o sarcasmo?)
No me malinterpreten. Esto no es demagogia, ni barata ni cara. Esto es una foto. Es la realidad no virtual, Es lo que es. Porque, a pesar de que, en la mayoría de ocasiones ves lo que ves, no lo que es, éste no es el caso. La foto corresponde a la sesión del martes 25 de Noviembre cuyos créditos son los siguientes:

  • 18:30 de la tarde (no de la mañana; a esta hora sólo trabajan algunos (pocos) afortunados mortales con trabajo que deben fichar, clase a la que obviamente, no pertenecen los senadores);
  • Tema: desahucios y protección a los deudores hipotecarios;
  • Interpelador: Senador socialista Juan Manuel Fernández;
  • Interpelado: Luis de Guindos, ministro de Economía. 

Valoración cuantitativa de la foto:

  • Total sillones (contados por encima, muchos de perfil, con apariencia de haber sido abandonados a la carrera) = 149;
  • Total ocupados (esto es más fácil, porque hay menos) = 16;
  • Mesa: personas (creo);
  • Personal en actitud laboral activa estándar: 2 estenotipistas (supongo) con las manos sobre el instrumento.

Valoración cualitativa de la noticia:

La primero que sorprende es la lamentable imagen de dejadez y superficialidad que transmite la foto, con absoluta independencia del contexto: sillones dejados de cualquier manera, espectacular vacío, cuatro personas tras una mesa presidiendo la nada y un ponente mirando sus papeles, quizá evitando dirigir la mirada al deprimente agujero negro situado al frente.

A continuación sorprende que a esta sesión se le llame formalmente “Pleno”, no sabemos si en un intento deliberado de afirmar la indiscutible superioridad mental de la Cámara y marcar el terreno sobre la sufrida, ignorante y sumisa ciudadanía o de simple exhibicionismo impúdico de la impunidad con que se ejecuta el no-trabajo de senador. 

Pero estas consideraciones quedan empequeñecidas cuando el propio interpelador «resta importancia a las ausencias al justificar que muchos parlamentarios siguen haciendo trabajo y reuniones en su despacho aunque no estén presentes en el plenario y que imágenes de este tipo no “hacen justicia” a la realidad de la Cámara». Caramba con el senador socialista. Aunque así fuera. ¿Qué clase de justificación es esa? A este respecto, la noticia (1) precisa: «Hay que recordar que durante los plenos de los martes por la tarde no hay ninguna otra comisión que esté trabajando en paralelo».

Ciertamente, lo que no hace justicia es la insensibilidad del conjunto de senadores hacia sus representados en general y hacia los afectados por el lacerante problema de los desahucios y de los deudores de hipotecas en particular. Porque si hiciera (o hubiera) justicia, su ausencia debería ser permanente, por suspensión de empleo y sueldo, como cualquier hijo de vecino que no asiste a su trabajo. Y todo ello, en un momento especialmente caliente por el tema de sus privilegios en desplazamientos sin control a cargo del erario público, que los tiene en el punto de mira de los medios y de la ciudadanía. ¿Tanto les cuesta aparentar un poco de formalidad parlamentaria?

Después no les extrañe que las voces que claman por la desaparición del Senado vayan en aumento, esté donde esté, aunque sea en Barcelona, última ocurrencia de nuestro eficiente gobierno. En resumen, tras este «pleno» vacío sobre desahucios, queda palmaria y objetivamente claro que el tema no les interesa demasiado, por lo que mi necesidad de desahogo me lleva a aventurar que una buena solución para resolver este caro exhibicionismo pseudodemocrático sería proceder a su desalojo y desahucio de forma inmediata. El sistema no debería notarlo demasiado y la ciudadanía se ahorraría espectáculos inmorales como el comentado (el ahorro económico no está garantizado, porque, con toda seguridad, será reabsorbido por el sistema). La Calidad mejoraría un infinitésimo y la Excelencia, hoy bajo mínimos perceptibles, ni se enteraría. Como casi siempre. 

Notas:
  1. El Confidencial, 26-11-2014.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La No Política

Principales titulares de hoy;

Mas propone una lista única para alcanzar la independencia en año y medio
  • La candidatura estaría formada por partidos, sociedad civil y expertos. La lista, si lograra mayoría absoluta, negociaría con el Estado y la UE. El president se ofrece a encabezar la candidatura «o a ser el último»

Durante el Pleno de la Cámara Alta, los senadores de CiU muestran unos carteles
  • Se autoinculpan del 9-N;
  • El presidente ha recalcado que jamás ha dado instrucciones a la justicia; «Y si no se lo creen, pregunten a la fiscalía»

PP: «Pedro Sánchez sufre el síndrome de la coleta»
  • Sánchez dice que «rectificar es de sabios» y defiende lo contrario que Zapatero;
  • El líder socialista lo cree necesario para «recuperar la credibilidad perdida»;
  • Manuel Chaves y Valeriano Gómez rechazan «renegar del pasado».

Los 100.000 euros que dio el PSOE a José Blanco para pagar su abogado fueron a fondo perdido

  • Pedro Sánchez ordenó aclarar si la ayuda otorgada fue sin condiciones;
  • Tras las consultas hechas, no reclamará que devuelva el dinero.

Pablo Iglesias defiende el «honor» de Tania Sánchez
  • acusa de «machismo» a la periodista que le pregunta.

El Papa encandila a Pablo Iglesias 
  • Ha elogiado reiteradamente a través de su cuenta de Twitter las palabras de Francisco;
  • «Bergoglio ha hecho un discurso valiente que se aparta de la línea de Wojtila y Ratzinger».

Un tremendo cansancio me impide comentar los titulares. Solamente añadiré que en ninguno de ellos encuentro valor añadido político alguno. Porque si esto es la política con la que nos benefician sus máximos responsables (chamanes de las tribus, hechicero de la oposición y promesa futurible, aún en pañales, todavía con un sorprendente cheque en blanco), mejor que nos olviden. Hoy, no he encontrado ni un solo titular dedicado a asuntos realmente importantes para la ciudadanía, a los asuntos para los que les hemos delegado nuestra representación, entre los que destacan el paro, la corrupción, el envejecimiento de la población, la diáspora de cerebros y cerebritos, la deuda pública, etc. Qué nivelazo de politicos. Qué poca Calidad (hoy hablar de Excelencia es un atentado a la inteligencia).

NOTA: La ausencia de noticia (que la hay) sobre el «pequeño» Nicolás es deliberada. Al final, resultará, por comparación con el resto, ser el único «grande». Qué triste.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Errejón, Corrupción y Medición

Son los tres términos que vamos a relacionar. Veamos cómo:

Errejón:

Doctor e Investigador en Ciencia Política, hoy número dos y responsable de la Secretaría Política de Podemos, autor del libro «¡Ahora es cuándo, carajo! Del asalto a la transformación del Estado en Bolivia». Barcelona: El Viejo Topo, actualmente en el candelero mediático por las presuntas irregularidades en la (in)ejecución y disfrute de un contrato firmado el 17 de Marzo con la Universidad de Málaga en el que se estipula una dedicación presencial en el Departamento de Derecho Financiero, Economía Política y Filosofía del Derecho, de 40 horas semanales, especificando incluso el horario (de 8 a 16 horas), durante nueve meses (hasta 16 de Diciembre), por el que cobra 1.825 € mensuales.   

Corrupción:

Habida cuenta que:
  1. El Director e Investigador principal del Proyecto, Alberto Montero, además de profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga, es miembro del Comité de Dirección Política de Podemos y vicepresidente de la Fundacion CEPS, donde Errejón es vocal;
  2. El susodicho Director es también el redactor de las condiciones de la convocatoria pública, sobre las que declara «Yo pido un doctor en Ciencias Políticas, con experiencia en análisis de políticas públicas, y ya no tengo que mirar más porque es el único que se presenta, y lo propongo; si me dices que se presentaron otros con los mismos méritos y yo elijo a Errejón, pues vale, pero es que no había más»;
  3. La propia rectora de la Universidad de Málaga declara que «un perfil muy particular el que se necesitaba, un doctor en Ciencias Políticas que tenga experiencia en la Administración Pública y con temas de vivienda»;
  4. La presidenta de Andalucía se sorprende de «que para una plaza de celador se presenten miles de licenciados y que para un contrato de este tipo sólo se haya presentado una persona»;
  5. La firma del detallado y preciso contrato (como debe ser) se produce a dos meses de las elecciones europeas, evento que el universitario y bien formado e informado firmante podía suponer que le ocuparía full time, como prueba el hecho de que fue nombrado Director de Campaña (donde, por cierto, lo hizo muy bien);
  6. Errejón sólo ha pisado Málaga para este asunto en dos ocasiones, absorbido por sus tareas en Podemos;
  7. Las reiteradas declaraciones justificativas con las que nos han obsequiado los protagonistas, entre las que destacan «se pone un horario estándar y se adapta», «no necesita hacer trabajo de campo, son estadísticas sobre vivienda en Andalucía, España o Europa, y lo puede hacer desde Madrid o desde donde sea, incluso allí ha tenido acceso a bases de datos y archivos que aquí no podemos», (Director  del Proyecto) o «los resultados de mi trabajo como investigador de la Universidad de Málaga son públicos y pueden ser fiscalizados» (Errejón) nos suenan un tanto huecas;
  8. La propia Universidad de Málaga ha abierto un expediente informativo ante la posibilidad de que Errejón, haya incumplido sus obligaciones laborales y vulnerado la Ley de Incompatibilidades como personal laboral de investigación en un proyecto para el que está contratado;
  9. La ejemplarizante posición en la que, por responsabilidad solidaria, le ha situado el discurso politico de Podemos, martillo pilón de toda casta y corrupción, le exige una dosis extra de sensibilidad con los recursos públicos;
  10. Con independencia de otras consideraciones y de las adhesiones inquebrantables y acusaciones de persecución política con las que se han pretendido justificar, la suma de los puntos anteriores —que nos atrevemos a calificar de hechos— huele bastante mal.
Concluimos que, en nuestra humilde opinión, estos hechos, vistos en su conjunto, nos permiten clasificarlos como corrupción de baja intensidad, con un importe total de 16.426 € (1.825 € x 9 meses), de los que, en aras de la rigurosidad ética y matemática, detraeremos noviembre y diciembre, meses que suponemos no se han cobrado, lo que la deja establecida exactamente en 12.775 € (brutos).

Medición:
Control de la corrupción (ojalá fuese tan fácil)

Habida cuenta que:
  1. La omnipresente corrupción imperante y su difusión cotidiana por los medios ha ejercido un efecto anestesiante sobre la sociedad, lo que la incapacita para apreciar la verdadera dimensión cuantitativa del saqueo a los recursos públicos;
  2. El euro, por su empleo generalizado, ha dejado de representar una unidad de medición de la corrupción suficientemente significativa;
  3. Está universalmente aceptada la bondad de facilitar a los simples mortales la comprensión de magnitudes inconmensurables o exageradamente elevadas, mediante lo que se ha venido en llamar «unidades reducidas»;
  4. El valor absoluto de una «unidad reducida» se debe situar en un rango tal que, por pequeña (caso del euro), no alcance valores extremadamente elevados, y por grande (supongamos, un Bárcenas), no produzca resultados fraccionarios.
Concluimos que el «errejón» (símbolo en estudio) puede ser una unidad reducida satisfactoria que permita, de una forma precisa, hacerse una idea rápida e intuitiva de la magnitud de las innumerables corrupciones a las que asiste con estupefacción la ciudadanía, como muestran los siguientes ejemplos (El Economista, enero 2013) (1):

  • Desde el año 2.000, los quince casos más importantes: 500.117 errejones (2);
  • ERE's: 70.450 errejones;
  • Gurtel: 15.734 errejones;
  • Palma Arena: 7.828 errejones;
  • Pretoria: 3.522 errejones;
  • Millet: 2.740 errejones;
  • Bárcenas: 1.722 errejones;
  • ITV's, Malaya: 783 errejones;
  • Noo's: 642 errejones.
Todo lo cual nos reafirma en dos cosas: a) la utilidad del indicador y b) su condición, anteriormente apuntada, de corrupción «de baja intensidad», o, expresado en palabras del pueblo llano, corrupción más propia de un trilero aficionado que de un corrupto que se precie. Esperemos y deseamos que se trate de un simple desliz, puntual y no repetitivo.

Notas:
  1. Con esta excepción, y en contra de nuestra costumbre, en este artículo no se hace referencia a las fuentes de los hechos relatados por dos motivos: el primero es que han tenido tal difusión y coincidencia en su textualidad que creemos difícil su refutación, al margen de que lo que importa (o les debería importar a los afectados y posibles agraviados) es la percepción de los hechos por parte de la ciudadanía no deslumbrada; el segundo es que nos hemos querido mantener en la línea de Podemos, caracterizada por un discurso difuso y generalista (ver «Mucho Qué, poco Cómo») que, por el bien de la ciudadanía en su conjunto (incluso los deslumbrados) deseamos se concrete lo antes posible.
  2. Según El Economista, cinco plantillas del Real Madrid.

sábado, 15 de noviembre de 2014

+ Corrupción, - Policías, - Jueces

La CORRUPCIÓN, momentos antes de comerse al Estado.
Son tantos los (malos) sucesos políticos de actualidad que nos asaltan cotidianamente, que resulta verdaderamente difícil seleccionar tema para una entrada de este blog. Y esta saturación es también la causante de los prolongados silencios que lo pueblan, haciendo imposible mantener una cierta periodicidad, fuente, en mi caso, de la necesaria y saludable gimnasia mental obligada por el proceso de verter en un escrito tus pensamientos. En cualquier caso, la misma selección de temas —incluso el descarte y la decisión de no escribir—, ya representa en sí mismo un considerable ejercicio, a pesar de su nula materialización. Pero tenemos tema. Y tema que se escribe casi solo, pues me voy a limitar a transcribir parcialmente cuatro noticias (1) y a efectuar una corta valoración de todas ellas en conjunto, conjunto que es el que determina su importancia colectiva —en mi opinión, por supuesto—, importancia que las hace destacar sobre todas las singulares noticias políticas de la semana.

Noticia 1: AEGC, 03-11-2014


La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha emitido un comunicado en el que hace balance de la "Operación Púnica" y en el que denuncian la escasez de efectivos con los que cuenta el Instituto Armado para luchar contra la corrupción.
«Esta operación, junto con el 'Caso ERE' y otras muchas investigaciones, no hacen sino demostrar el ahínco y trabajo abnegado de los compañeros de la UCO de la Guardia Civil contra la mayor lacra que actualmente corroe la sociedad de este país: la corrupción», indican al tiempo que consideran que sería «necesario una convocatoria extraordinaria de al menos 500 plazas para guardias civiles».
A su juicio son "irrisorias" las convocatorias de los últimos años, según dicen, en torno a 125 plazas para la escala de Cabos y Guardias por año. «No se dispone de efectivos suficientes para cubrir las necesidades mínimas y mucho menos disponer de personal para poder integrarse en los grupos de lucha contra la corrupción».
«Si realmente queremos combatir esa lacra que campa a sus anchas por todo el territorio español, ha de ser mediante un aumento de personal ya que las mermadas plantillas del resto de Unidades no podrían soportar un recorte de efectivos de estas características», zanjan.

Noticia 2: eldiario.es, 13-11-2014

España tiene casi 10 jueces menos por cada 100.000 habitantes que la media europea

España está a la cola de Europa en inversión para las instituciones judiciales y en número de jueces por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos oficiales del Consejo de Europa correspondientes al año 2012. Esa cifra es, en España, de 11,2 frente a la media del continente, que se sitúa en 21. Algunos países de nuestro entorno, como Francia (10,7), Italia (10,6) o Suecia (11,8) tienen un porcentaje similar, mientras que Portugal (19,2) y Alemania (24,7) están bastante por encima.
Mónaco está a la cabeza de ese ranking con un total de 37 jueces (la cifra relativa es 102). Eslovenia es otro de los países con un porcentaje más elevado, con 47 magistrados por 100.000 habitantes, seguido de Croacia (45,3) y Montenegro (42,4).
Basándose en estas cifras, la asociación Jueces para la Democracia ha demandado al Ministerio de Justicia y al Consejo General del Poder Judicial por la sobrecarga de trabajo de los magistrados, especialmente en causas complejas como las de corrupción. Según esta asociación judicial, eso genera impunidad para los imputados y ha recordado que «España está a la cabeza en este tipo de procesos mientras que está a la cola en ratio de jueces por habitante en Europa», por debajo de Moldavia (12,4) o Albania (13,5).

Noticia 3: elmundo.es, 13-11-2014


La examinada: Mariola Vargas, la aspirante a la Alcaldía de Collado Villalba.

La cita tuvo lugar en la primera planta de la sede nacional del PP, en la calle Génova, la que ocupa su división de Madrid. En un extremo del escenario de la sala de prensa se dispuso la candidata y en el otro los cinco examinadores: tres miembros del PP regional y dos de la agrupación de Collado Villalba. Estas son algunas de las más de 40 preguntas que le formularon y un extracto de las contestaciones (seleccionamos las tres más relevantes para el objeto de este artículo): 
  • ¿Has cobrado una comisión en B? No. ¿Te las han propuesto? No. Quizás en mi ámbito de competencia es complicado.
  • ¿Has tenido o tienes dinero fuera de España, en Suiza? Pues casi no tengo ni dentro de España.
  • ¿Cómo podemos estar convencidos de que nos has dicho toda la verdad? ¿Hay algo más que nos puedas decir para saber que has dicho la verdad? No soy ningún 'perro judío'.

Noticia 4: elmundo.es, 13-11-2014


Los candidatos a la Alcaldía de Collado Villalba y Valdemoro, Mariola Vargas y David Conde, respectivamente, han recibido este jueves la 'calificación' de aptos por parte del PP de Madrid para hacerse con el bastón de mando en esos ayuntamientos, golpeados por la operación Púnica.

VALORACIÓN
Seré breve. No es necesario que hurgue —ni cualitativa, ni cuantitativamente— aquí y ahora en la lacerante herida que representa para la ciudadanía la corrupción política y sindical (incluso empresarial, ya que sin ella, la política sería casi testimonial), pero me limitaré a resaltar el absoluto contrasentido que se encuentra en el análisis en su conjunto de las cuatro noticias anteriores y su contraste con las constantes llamadas a la regeneración y transparencia política que nos llegan desde la clase política (desde la monopolización del término por parte de Podemos, he dejado de calificarla como «casta»).

Es decir, las propias fuerzas del orden y la judicatura (en este caso, asociaciones representativas de parte del colectivo) claman públicamente su falta de recursos, clamor que llega, en el caso de la asociación Jueces para la Democracia, a ¡demandar al Gobierno y al Consejo del Poder Judicial! Paralelamente, Esperanza Aguirre monta una pantomima (2) de examen público, no apto para cabezas mínimamente amuebladas, con la peregrina pretensión de convertirse en adalid de la ejemplaridad y de la transparencia democrática. Ni que decir tiene que esta vana pretensión, además de tratarnos a todos de idiotas funcionales, descalifica —si no lo estaba ya suficientemente— al personaje.

Pero la cosa no acaba aquí. Porque las preguntas planteadas —por lo menos las seleccionadas en la Noticia 3— extienden la idiotez extrema a Aguirre o, en su defecto, al lúcido creador del cuestionario. ¿A quién se le ocurre preguntar si ha cobrado en B o si tiene cuentas en Suiza? ¿Qué respuestas esperaban? Pero el esperpento todavía sigue. Analicemos un poco las respuestas de la aventajada candidata, que, por cierto, aprobó el examen:
  • No he cobrado comisiones en B ni me las han propuesto porque ¡en mi ámbito de competencia es complicado! Menos mal. Si fuese simple quizás sí. Penoso.
  • Pueden estar convencidos de que he dicho toda la verdad porque no soy ¡un perro judío! No califico con el (sic) el género masculino del perro por dos razones: la primera es que yo no estaba allí, y la segunda es que —obviamente— la candidata tuvo que pedir perdón a la comunidad judía, refiriéndose a la frase en femenino (o sea, que la pronunció) y justificándose con un patético "Utilicé una expresión coloquial, muy madrileña, pero muy desafortunada", con lo que lo acabó de arreglar. Ahora que se quejen los madrileños y los ciudadanos de Collado Villalba, municipio que va a regir (es un decir) la interfecta. 

Esto es lo que hay y esto es lo que tenemos. La Calidad y la Excelencia política deben buscarse con lupa. Mejor dicho, con microscopio electrónico. Les deseo suerte. Yo he dejado de buscar.

Notas:
  1. En el título de las cuatro se incluye el enlace.
  2. (RAE) Pantomima. (De pantomimo). 2. f. Comedia, farsa, acción de fingir algo que no se siente.

sábado, 8 de noviembre de 2014

2064, todos calvos

o
Cómo mirarse el ombligo, si la artrosis lo permite.

El disparador del tema de hoy ha sido la publicación de un demoledor informe de la UE sobre el envejecimiento en Europa (1) (2), el cual resalta el hecho de que, de cumplirse las previsiones, en 2060, el 15% de la población española tendrá 80 o más años. Y, sin minimizar las preocupantes consecuencias que a nivel europeo se desprenden del mismo, como egoístas que somos, vamos a situarnos en clave doméstica, centrando nuestra atención en el último informe del Instituto Nacional de Estadística (3) publicado el 28 de octubre —calentito, calentito—, el cual, como es lógico, es mucho más detallado y preocupante.

Conviene empezar por la declaración y aceptación de que nos estamos moviendo en el terreno de las hipótesis y de las proyecciones estadísticas, aunque basadas en los datos y tendencias de hoy, por lo que, con un grado razonable de fiabilidad, podríamos decir que estas proyecciones son aceptables en la medida en que la situación siga su curso de forma rutinaria y vegetativa, lo cual sucederá si no se hace nada para cambiarlo (más adelante expresaremos nuestras dudas al respecto). Y este es el problema: la nula atención de nuestros políticos, más preocupados por cuestiones triviales que por los problemas reales de la ciudadanía.

Empezaremos describiendo la situación actual y la proyectada, utilizando los indicadores de dependencia, que se calculan dividiendo la población menor de 16 años y mayor de 65 entre la población mayor de 16 y menor de 65. Es decir, los “dependientes” (los que no trabajan) entre los “mantenedores” (los que trabajan), todo esto, claro está, a nivel teórico: 

  • 2014: el 47,9%mantiene” al resto (52,1%). Es decir, ya se ha superado el listón del 50%, lo que no estoy muy seguro de lo que significa, pero se me antoja que nada bueno (4). Datos complementarios (porcentaje de población): Mayores de 65 años = 18,2%. Mayores de 85 años = 2,68%.
  • 2029: el 40,8%mantendrá” al resto (59,2%). En sólo 15 años (tres ciclos electorales) el indicador de dependencia sube siete puntos. Quizá sería más apropiado decir “intentará mantener” o el buenista “se hará lo que se pueda”. Datos complementarios (porcentaje de población): Mayores de 65 años = 24,9%. Mayores de 85 años = 8,49%.
  • 2064: el 4,4%mantendrá” al resto (95,6%). Apocalíptico. De acuerdo, son 50 años, pero, no teman, esto es lo que sucederá si la tendencia demográfica actual se mantiene. Datos complementarios (porcentaje de población): Mayores de 65 años = 38,7%. Mayores de 85 años = 10,31%.

Vamos ahora con las valoraciones, subjetivas, por supuesto:

La primera y, probablemente, más importante, es el escaso o nulo interés que este tema le merece a nuestros representantes en la cosa pública, más interesados en tribales conflictos identitarios o en el mirarse el ombligo (con permiso de la artrosis) con la vista puesta en las próximas elecciones. Aunque también pudiera ser que coincidan con nosotros en el hecho de que la propia evolución del sistema biológico (no político), aplicando las elementales reglas de supervivencia, actuará como factor corrector y creará “otra” realidad, muy distinta de la proyectada, no necesariamente peor.

Porque lo que está claro es que, si no hacemos nada, resulta imposible llegar a la situación prevista en 2064. Las consecuencias negativas superan en mucho a las positivas. Claro está que, al disminuir la natalidad (en 2015, el número de defunciones superará al de nacimientos), habrá menor gasto en pañales y biberones, pero el alarmante aumento de la tercera, cuarta y hasta quinta edad (372.000 españolitos mayores de 100 años), invalida esta ventaja, incluso en el apartado de pañales. Esto, sumado a que la atención y el gasto aumenta de forma directamente proporcional a la edad del “dependiente”, llevarán de forma inexorable a la corrección de datos, por la vía de disminución de la esperanza de vida, sea por inanición o por falta de cuidados de la población pasiva, lo cual provocará un radical cambio en la tendencia demográfica, cambio que, sin duda, nos hará sonreír cuando nos hablen del cambio climático.

Termino con una duda existencial: ¿Lo estarán haciendo bien nuestros políticos? ¿Harán bueno el aforismo «Hacer nada ya es hacer algo»

Notas: 
  1. Artículo de elconfidencial.com.
  2. Informe de la UE sobre envejecimiento en Europa.
  3. Informe INE: Proyección de la Población de España 2014–2064.
  4. Si a los “mantenedores” les restamos los parados (24%), la situación HOY ya deviene en catastrófica: el 23,9% debe “cargar” con el 76,1% de la población.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Para Decidir hay que Saber

¡Pues claro!
Siempre me han enseñado que el proceso de toma de decisiones debe ser reflexivo (1) y que la reflexión es su primera fase. Por esto es por lo que uso y abuso, como un mantra, de la frase «pensar antes». Todo esto viene al caso por la peculiar circunstancia en que muchos de mis congéneres, habitantes de nuestra pequeña tribu, nos encontramos. Y al margen de simpatías y afinidades emocionales, creo que esta «circunstancia», nos guste o no, nos la están metiendo por todos los sitios (2) en un crescendo cuya traca final será el 9-N (un día que, al parecer, serán quince).

También, siempre recordaré el impacto que me produjo la frase de nuestro President (he escrito sobre ella, pero no recuerdo dónde) en la que, en referencia a una eventual independencia, se despachaba con un irreflexivo «lo importante es el qué. El cómo ya se verá». Pero lo verdaderamente preocupante es la confirmación de esta idea troncal de este proceso, en las recientes emocionales declaraciones de l7 de octubre de Oriol Junqueras, líder llamado a mayores gestas, en una entrevista a Cataluña Radio: «Lo importante es el qué, la independencia, no el cómo» (3). Me pregunto que mente racional puede aceptar estos irresponsables planteamientos.

Y lo bueno de todo esto es que a priori no albergo ningún prejuicio frente a la independencia. Es más, me gustaría asistir a un debate racional, alejado de tricentenarios, barretinas o salchichón de Vic, es decir, alejado de todo perfume identitario, debate promovido y liderado por nuestros políticos, donde la ciudadanía tuviera acceso a datos e información (4) fundamentada en argumentos sólidos (por descontado, futuribles) defendidos por reconocidos profesionales de ambas posiciones, información que nos permita decidir sabiendo. Y entonces, y sólo entonces, ejercitaré mi derecho. Y, porqué no, quizá vote independencia.

Porque antes del derecho a decidir, está el derecho a saber. Y no sólo en esta particular circunstancia, sino en todos los órdenes de la vida. Y no defender y asegurar este derecho (el de saber) convierte el derecho a decidir en demagogia barata. Y a los políticos, cómplices de esta agresión a la inteligencia y al sentido común, en pastores de rebaño. Y lo que necesitamos son líderes que eleven el nivel de la ciudadanía al de personas informadas cuya capacidad de decisión se ejercite en base a un razonable conocimiento de los pros y contras del hecho sobre el que han de decidir.

Todo lo demás es política de baja estofa, ejecutada por trileros de escasa Calidad y nula Excelencia.

Notas:
  1. (Diccionario RAE) reflexión. (del lat. reflexĭo, -ōnis) 1. f. Acción y efecto de reflexionar.
  2. Como agujeros contenedores me refiero únicamente a ojos y oídos (bueno, a veces también por la nariz, porque huele un poco mal).
  3. Minuto 2:00 (resulta perfectamente entendible a los castellanoparlantes). Ver Entrevista.
  4. Datos que poseen significado (3.7.1. ISO 9000: 2005). 

sábado, 26 de julio de 2014

Carta abierta a Jordi Pujol

No estimada y recién revelada piltrafa (1) humana,

Manda huevos el eslogan
Resulta paradójico que tenga que empezar esta carta abierta felicitándote, pero así es la vida. Gracias por despertar de nuevo en mí las ganas de escribir sobre política, tema que poco a poco se va alejando de mis prioridades intelectuales, derivadas hacia otros menesteres más gratificantes y enriquecedores. Pero resulta imposible eludir esta oportunidad de resumir en una simple carta el viaje de un simple ciudadano que, mientras estuviste en política, siempre te votó, apoyado en el argumento, quizá un tanto simplista, de que eras uno de los pocos políticos, si no el único, a los que se les entendía lo que decían. Y que a pesar de tu deriva soberanista, que no comparto (aunque entiendo que todos podemos cambiar, incluso tú), siempre habías gozado de buen recuerdo en mi imaginario político. Y este viaje acaba aquí, con un comunicado absolutamente escandaloso y estrafalario que me voy a permitir comentar, incluyendo algunas referencias fiscales personales que te pueden resultar, con toda seguridad, mucho más exóticas y estrafalarias que tu situación, según parece, legal y satisfactoriamente resuelta con la Hacienda pública, es decir, con todos nosotros, que somos lo que pagamos (incluido, por fin, tú). 

A pesar de que la noticia de tu desahogo fiscal y espiritual ha saturado abrumadoramente todos los medios, me apoyaré en la crónica de Manel Pérez en el periódico La Vanguardia (2), medio no precisamente caracterizado por su extremismo ideológico y subvencionadamente próximo —por lo menos, hasta hace poco— a tu partido.

Pero antes de entrar en el análisis del estupefaciente (3) comunicado, conviene llamar la atención sobre el siguiente esclarecedor párrafo de la crónica, el cual representa, en mi modesto entender, la verdadera clave cualitativa, el verdadero exponente de tu dimansion ética: «El desencadenante de la regularización conocida ayer fue el conocimiento de que un exempleado de banca de Andorra había sustraído documentos con referencias a las cuentas de los afectados y estaba divulgándolos». O sea, que lo de piltrafa está más que justificado. Si este elemento no aparece en escena, todavía estaríamos en la inopia más absoluta. Es decir, nada de ver la luz, nada de, tras 34 años, «haber encontrado el momento adecuado», nada de nada, sólo una clara y meridiana «ínfima consistencia moral».

Pero vayamos al esperpéntico comunicado: Al parecer se trata de un dinero «ubicado en el extranjero», no incluido en el testamento de tu padre en 1980, «destinado a mis siete hijos y mi esposa», porque «él consideraba errónea y de incierto futuro mi opción por la política». Pues se equivocó, porque no se puede decir que, hasta hoy, te haya ido —a ti y a toda tu familia—, demasiado mal. Sigues con «...y aunque mi conciencia y mi cargo me empujaban a rechazar esta herencia... finalmente decidí encargar su gestión a una persona de máxima confianza... gestión de la cual no quise saber nunca el más mínimo detalle...». Caramba, menuda sarta de incongruencias, con política del avestruz incluida. El final del párrafo es glorioso: «Es en este momento —cuando esta persona cedió la gestión a uno de tus hijos— que mi error original contaminó (4) directamente a mis siete hijos y a mi esposa». Realmente, se debe reconocer que han quedado bastante «contaminados», cualquiera que sea la acepción, siempre negativa y nociva, que se utilice para el verbo. 

Y qué decir de lo ya comentado: en 34 años, «Lamentablemente no se encontró nunca el momento adecuado para regularizar...». No alcanzo a comprender el empleo del adverbio, porque no entiendo que haya nada de lo que lamentarse, más allá de la imprevista y desgraciada aparición del exempleado cantor. Y por fin, el desenlace «Finalmente ha tenido que ser en estos últimos días que los miembros de mi familia han regularizado esta herencia...». Aleluya, y ahora los descargos:

«De los hechos descritos y de todas sus consecuencias soy el único responsable..., compromiso de comparecer ante las autoridades..., para de esta manera acabar con las insinuaciones y comentarios». Pues claro que eres el único responsable. Menuda obviedad.  Por otra parte, ¿qué insinuaciones? ¿Qué comentarios? No serán los míos, a quien este comunicado le ha explotado inopinadamente en toda la cara, dejándome prácticamente sin referencias políticas. Y no es que tú lo seas, es que cuando ejercías, yo todavía votaba. Luego, bueno o malo, eras (digo eras) un referente histórico y un recuerdo de tiempos mejores, donde, tras la anhelada llegada de la democracia, ir a votar en familia era una actividad festiva, lúdica y ejemplar. Terminas exponiendo «todo ello con mucho dolor...—la referencia a tu familia no la incluyo, francamente sobra—..., sobre todo por lo que puede significar para tanta gente de buena voluntad que puede sentirse defraudada en su confianza, a la cual pido perdón». Por pedir que no quede, aunque el mío no lo tienes. Traca final: terminas deseando que esta declaración «sea reparadora del mal..., y de expiación (5) para mí mismo». Es decir, para ti, deseando que expíes (o que te expíen) según la acepción 2 (aunque no caerá esta breva).

Y me gustaría terminar con algo de aritmética tributaria. Según el cronista citado, regularizar los cuatro millones escondidos 34 años os van a costar (de hecho, ya os han costado) cinco millones. No soy experto fiscal, ni queda claro, pero vamos a suponer que pagando cinco millones a Hacienda, vuestra situación queda regularizada. Es decir, aportando un millón más —me pregunto cuántos quedan—, todo arreglado. Esto representa un 125% de lo defraudado, de lo cual, dividido por 34 años, resulta una sanción del 3,68% anual. Ahora veamos mi caso:

En 2007 se me ingresaron 10 € (diez euros) en cuenta por parte de mi editor, como royalties de los últimos cinco ejemplares vendidos de una obra sobre una versión entonces ya obsoleta de la norma ISO 9001, obra que, en años anteriores, se había vendido bien y cuyos royalties declaré convenientemente. La verdad es que ni lo advertí y no lo tuve en cuenta en la declaración, pero claro está, el editor si lo hizo y en 2011 me llegó una sanción por no haber declarado “dos pagadores”, por un importe total (declaración nueva, atrasos, sanción e intereses) de 1.100 € (mil cien euros), es decir, un 11.000 % (once mil por cien), lo que, en cuatro años, resulta un 2.750 % anual. De nada sirvió apelar al sentido común, consiguiendo únicamente un aplazamiento del pago en seis plazos. Y ahora vamos a hacer números. Ya sé que no es forma de hacer estas cuentas, pero el personal simple, el personal de a pie, el simple ciudadano, no llega a mucho más que a la regla de tres, y esta es la que voy a aplicar.

Germán Gallego, sanción aplicando el baremo de la familia de Jordi Pujol:
  • 10 € x 3.68% x 4 años = 1,472 €
Familia de Jordi Pujol, sanción aplicando el baremo de Germán Gallego:
  •  4.000.000 € x 2.750% x 34 años = 3.740.000.000 € (tres mil setecientos cuarenta millones).
O sea, mis 1.100 € se quedarían en un café, y vuestros cuatro millones deberían ser... Ya podéis estar contentos. Más o menos, como yo.

Saludos cordiales, piltrafa humana. Doy por sentado que no vas a leer esta carta, pero, a todos los efectos, la doy por presentada y leída. Qué satisfacción. Y qué desahogo.

¡Ah! Me olvidaba del tema del blog. Calidad = CERO, Excelencia = CERO; Política = CERO.

Notas:
1 - piltrafa: acepción 2. f. Persona de ínfima consistencia física o moral.
2 - El editorial de La Vanguardia de hoy, un tanto tibio, defiende la tesis de que este hecho no puede catalogarse de corrupción. No estoy en absoluto de acuerdo.
3 - Espero que no se agoten los adjetivos: ya llevamos escandaloso y estrafalario.
4 - contaminar:.
     1 - tr. Alterar nocivamente la pureza o las condiciones normales de una cosa o un medio por agentes
          químicos o físicos. U. t. c. prnl.
     2. tr. Contagiar, inficionar. U. t. c. prnl.
     3. tr. Alterar la forma de un vocablo o texto por la influencia de otro.
     4. tr. Pervertir, corromper la fe o las costumbres. U. t. c. prnl.
     5. tr. Profanar o quebrantar la ley de Dios.
5 - expiar:.
     1. tr. Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio.
     2. tr. Dicho de un delincuente: Sufrir la pena impuesta por los tribunales.
     3. tr. Padecer trabajos a causa de desaciertos o malos procederes.
     4. tr. Purificar algo profanado, como un templo.

miércoles, 9 de julio de 2014

Admitir «cierto» exceso...

Desde arriba...


y desde abajo...
SENTENCIA Nº 31/2014

En Madrid a 7 de julio de 2014.

Este Tribunal ha visto en juicio oral y público la causa referenciada, seguida por delitos contra las Instituciones del Estado, de atentado, asociación ilícita y una falta de daños

(…)

2.1.- Conductas relacionadas con el derecho de reunión y manifestación. Determinación previa del contenido protegido constitucionalmente.

(…)

«Cuando los cauces de expresión y de acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, cuando sectores de la sociedad tienen una gran dificultad para hacerse oír o para intervenir en el debate político y social, resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación si se quiere dotar de un mínimo de eficacia a la protesta y a la crítica...» (1)

(…)

Comentarios:

Poca Calidad, poca Excelencia, poca Política, mucha... (2)


Notas: 
  1. página 57 de 126.
  2. A gusto del consumidor; en este caso, el lector...
  3. No consta que, en el juicio, los absueltos por su defensa de la Constitución hayan acreditado su conocimiento o, siquiera, si la han leído.
  4. No he sabido etiquetar este artículo.

sábado, 5 de julio de 2014

«Te van a enganchar»

Desconozco la definición técnico-tipográfica correspondiente a este título a cuatro columnas, tal y como ha aparecido ayer en La Vanguardia —medio no precisamente caracterizado por su sensacionalismo ni por su audacia especulativa—, pero lo que si he hecho es medir el tamaño de la frase: 12 x 1 centímetros (la T mayúscula), es decir, más de medio palmo de ancho.

Desconozco también los motivos que le han llevado al periódico a dedicar dos páginas a este tema (1), incluyendo dos cuadros detallados, con expresión de nombres y cantidades (en rojo y negrita) pagadas por la Federació de Municipis de Catalunya y cobradas por los 44 interfectos, de los que 42 son (o eran) alcaldes, un «independiente» y un «representante» del Ajuntament de Barcelona.

Y la verdad, me importa un comino. Porque lo único que me importa es el hecho en sí, dos páginas llenas de peritas en dulce que me van a dar jugoso tema para este artículo sabatino. Vamos con ellas:

«Bustos cobró en 2011 y 2012 casi 24.000 euros en dietas de la Federació de Municipis» (2). Bueno, hasta aquí, nada que objetar. Viajaría mucho (a pesar de tratarse del exalcalde de Sabadell, a 27 Km de Barcelona, sede de la Federació).

«...las dietas cobradas por Bustos y los otros 43... eran cantidades exactas cada mes...». Empieza el mosqueo, aunque, claro está, puede deberse a una rutina de reniones y actividades de precisión milimétrica seguida fielmente por los interfectos, indicativa de un encomiable celo y rigor en sus actos.

«Los presuntos sobresueldos afectan a municipios de toda Catalunya y a ediles del PP, PSC, ERC, CDC e ICV». Bueno, pues esta transversalidad (3) puede ser hasta encomiable. No veo porqué se deberían establecer diferencias en estos pagos. ¿Acaso un edil del PP no come más o menos lo mismo que el resto? ¿No debería ser esto un ejemplo de educación y equidad en el trato mutuo en el resto de ámbitos políticos, ya sea en el Parlament o en las habitualmente descalificadoras declaraciones a los medios?

«...cantidades fijas que son significativamente diferentes dependiendo del cargo que ostentaban y el tiempo de permanencia en este órgano». La verdad, empiezan a ponérmelo difícil. Pero todavía podría ser que el presidente asistiese a todas las reuniones —por esto cobraría más— y los vocales sólo a determinadas reuniones de comisión (4).

«...nueve de ellos no tienen ninguna actividad en este período (2011, 2012), cuyas reuniones abarcan incluso las vacaciones y el mes de agosto». La situación empieza a complicarse: Mal si no asisten a las reuniones vacacionales reales, peor si no asisten ni a las virtuales (suponiendo que éstas fuesen ficticias). Menuda cara. Cobrar por nada.

«La FMC pagó en dietas casi 300.000 euros brutos». Podría ser peor si fuesen limpios. Pero, ¿de dónde sale el dinero? La solución en las conclusiones.

«...la indignación con la que han reaccionado varios de los ediles que manifiestan no tener conocimiento de que las cantidades percibidas eran dietas, ha provocado la exigencia de responsabilidades  en el seno de la FMC». Lógico, aunque no consta el concepto por el que creían les abonaban estan cantidades fijas. Y resulta paradójico, porque cobrar dietas es algo totalmente normal, justificable y defendible. Yo, por lo menos, lo he hecho muchas veces. No entiendo porqué los ediles lo consideran anatema.

«El alcalde de Mataró ha devuelto el dinero, y otros cuatro y todos los de CDC le seguirán». Abandonan el barco, Les honra, aunque, siendo necesario, no es suficiente.

«En conversación telefónica, el secretario al presidente: “te van a enganchar”; en otra: “te puede costar el puesto decir una mentira (…) y al final sabrán lo que cobras, no te engañes, lo sabrán. Tú tienes cada mes una transferencia. Se enterarán, joder, y el día que te enganchen con una mentira así te van a hundir”». Más claro el agua. Buen secretario.

Conclusión

Mientras estaba empezando estas conclusiones, observo en la web la siguiente noticia:

La Federació de Municipis de Catalunya destituye a su secretario general.

El cese de Adolfo Moreno Sansano ha sido aprobado en una reunión de urgencia celebrada esta tarde. Los alcaldes que quieran podrán depositar en una cuenta de la FMC las retribuciones económicas recibidas de 2011 y 2012.

artículo donde se puede leer:
«Moreno es precisamente quien --siendo ya secretario general-- advirtió al que era presidente en 2012, Manuel Bustos, de la posibilidad de que la prensa se enterase de los presuntos sobresueldos», y...
A mí que me registren...
«Nuria Marín (PSC), alcaldesa de l'Hospitalet de Llobregat, ha explicado que, como el resto de alcaldes, interpretaban que las retribuciones que cobraban respondían a la responsabilidad y trabajo que desarrollaban en la FMC, "igual que se hace en otras instituciones como la Diputación de Barcelona, en los consejos comarcales y en tantas y tantas administraciones"».
Bienvenida sea la noticia. Sólo me queda concluir que la justicia depure responsabilidades y que los políticos no nos tomen por tontos, porque la FMC es una entidad privada de adscripción voluntaria, financiada por las cuotas de los miembros —cuotas que, por cierto, por provenir de ayuntamientos, salen de nuestro bolsillo—, entidad que nada tiene que ver con las «tantas y tantas» instituciones a que hacen referencia en su seráfico descargo. Y tampoco deben olvidar que la mayoría de ciudadanos no-políticos nunca han debido «interpretar» el porqué de lo cobrado (cuando cobraban), porque lo sabían siempre. Por lo menos yo, siempre lo he sabido. No he necesitado ni preguntarlo. Y si lo has de preguntar, mala cosa.

Y para terminar: si creían que las retribuciones «respondían a la responsabilidad y trabajo que desarrollaban», ¿porqué las devuelven? ¿No se las merecían? ¿Dejarán de ser responsables? ¿Acaso ahora trabajarán gratis? ¿Abandonarán la Federación? Que me lo expliquen.

Notas:
  1. Resulta sorprendente que El Mundo, miembro destacado de la «caverna mediática», sólo le dedique una página con menor lujo tipográfico.
  2. Título del artículo principal. Misma tipografía, pero, por su mayor longitud, ocupando las cuatro columnas en dos filas. Es decir, todo un señor título de un palmo.
  3. He contado: 23 PSC, 9 ERC, 4 ICV, 4 CDC, 2 PP.
  4. ¿A que ha quedado bien?

domingo, 29 de junio de 2014

Cuent@s familiares

Permítaseme empezar con una digresión, que no lo es tanto si consideramos que nos encontramos en un blog dedicado a la política. Me voy a referir al empleo en el título del símbolo @, unidad antediluviana de peso en su designación nominal (arroba), arquetipo formal —de forma, no de fondo— de lo “políticamente” correcto en igualdad de género y, en mi opinión, haciendo honor a su nombre, muy pesado y trasnochado (1). Nos encontramos inmersos en un mundo más preocupado por la forma que por el fondo, evidenciado de forma paradigmática por la coexistencia amigable de cinco hechos paradójicos:
  1. Forma: El discurso político ha incorporado, en todas sus corrientes y banderías, el símbolo @ (verbalizado en el empleo obsesivo y secuencial del género masculino y femenino, con total independencia de que sea o no “gramaticalmente” correcto);
  2. Forma: La regulación normativa de la presencia tasada de ambos géneros en órganos de gobierno de entes privados y públicos;
  3. Forma: La preocupación formal por hablar continuamente de los desajustes económicos y discriminatorios entre ambos géneros;
  4. Fondo: La total y absoluta falta de preocupación real por tomar medidas de control eficaces para verificar y corregir la discriminación real existente, siendo de ello un ejemplo palmario la discriminación en el salario. La regla debería ser simple: “Mismo trabajo, mismo salario” (2) y
  5. Fondo: La proliferación de programas televisivos en los que se somete a escarnio público al supuesto género discriminado, sin mayor atención por parte del sistema “políticamente” correcto y "epidérmicamente" igualitario. 
Pero no es ésta la aplicación en el título. Más que igualación de género, basándome en la elegante e ingeniosa representación conjunta de dos letras, pretendo expresar una paradójica diferenciación conceptual. Puede leerse indistintamente como «Cuentas familiares» o como «Cuentos familiares», dos significados radicalmente distintos, pero que hoy veremos como convergen y hasta se confunden.  

Consanguinidad y Parentesco
El tema de hoy ha sido tratado con intensidad en la práctica totalidad de medios, pero como es habitual, transcurrida una semana ha sido olvidado, sepultado por el aluvión de datos con el que nos obsequia la actualidad y sus voceros. En la exposición de hechos me referiré a dos de ellos, de distinta y distante línea política, cuyos recortes en papel almacené por considerarlos relevantes y merecedores de atención. Empecemos por los títulos (ambos a cuatro columnas; los subrayados son míos):

  • «Familias en el órgano fiscalizador del Estado. Los lazos de parentesco en el Tribunal de Cuentas alcanzan a 100 empleados» (El País, 24 de junio de 2014).
  • «El presidente del Tribunal de Cuentas comparecerá por el posible enchufismo» (La Vanguardia, 25 de junio de 2014).

Sorprende la contundencia del planteamiento, en especial el empleo del término «enchufismo» por el conservador y cincunspecto medio barcelonés, apenas mitigado por su calificación de «posible».

  • El País: «...aproximadamente el 14% de la plantilla tiene vínculos familiares dentro de la institución y cerca de un 10% tiene vinculaciones con altos y medios cargos».
  • El País: «Desde el actual presidente, hasta el comité de empresa... tienen entre la plantilla a esposas, cuñados, concuñadas, primos carnales, hermanos, sobrinos, hijos, nueras, yernos e, incluso, amigos de la infancia, parejas sentimentales y hermanas de éstas».
  • El País: «Un portavoz señala que todos los empleados han superado “una oposición libre y abierta”».
  • La Vanguardia: «Álvarez de Miranda niega irregularidades y se defiende resaltando que es “fruto de la casualidad” y de una cierta “vocación familiar” de la institución».

Poco que añadir, en especial tras la precisa y didáctica enumeración de términos familiares y amistosos, la cual, por extensa, nos hemos abstenido de subrayar. Pero algo añadiremos. El hecho de que el organismo encargado de fiscalizar las cuentas del Estado sea el protagonista de tamaño despropósito confirma mi escepticismo y mi convicción en la absoluta imposibilidad de que la Calidad y Excelencia política sea algo factible. Que la peregrina justificación del fiasco se apoye públicamente en la «casualidad» y en la «vocación familiar», representa, además de un sacrilegio estadístico, una ofensa a la razón y un atentado a la inteligencia básica, lo que sumado al hecho de que no haya provocado la inmediata repulsa, la petición de dimisión, de un auditoria (3) o la presentación de querellas por parte de la «clase» política ni de los medios, reafirma mi conclusión de que esto no tiene arreglo. Por si esto fuera poco, la transversalidad política de los enchufadores, que se reparte por todo el espectro, la mayoría de ellos enemigos acérrimos de la consanguinidad en los cargos públicos (4) —con excepción de ellos mismos, por supuesto— evidencia de nuevo una confabulación endogámica, consecuentemente degenerativa, que tras espesas cortinas de humo parlamentarias (5) esconde un objetivo común e instintivo de supervivencia animal: la perpetuación de la especie.

En resumen: Cuentas y Cuentos (chinos) de familia (6).

Notas:
  1. A decir verdad, ya he detectado dos competidores, aunque a mucha distancia: el masculino asterisco (*), probable reminiscencia del venerable comodín del DOS (sólo para abuelos) y la femenina letra equis (x), quizá simbolizando la incógnita o ambigüedad implícita en el etiquetado sexual (el teórico y el práctico).
  2. Por esto no soy político ni creo que lo sea nunca. Si de mí dependiera, este problema se resolvía en 24 horas.
  3. Pero... ¿quién audita al auditor?
  4. Léase Monarquía.
  5. Humo y niebla que incluye, entre otros muchos, la hipócrita defensa de la igualdad de géner@.
  6. Con una ligera connotación mafiosa.

miércoles, 25 de junio de 2014

¿Elecciones? Mejor una Tómbola

Tras sufrir hoy el enésimo impacto en toda la frente —entendida como frontera de entrada y salida de ideas— de una información relativa a la detención de servidores públicos —en este caso, sindicalistas— y sus presuntos secuaces privados (1), en relación con el también presunto desvío de fondos públicos —sí, siempre públicos, es decir, nuestros—, me ha asaltado la necesidad de reflexionar sobre varios temas en confusa mezcolanza y confusión, tales como lo privado, lo público, los partidos, los sindicatos y la representatividad, en un intento, probablemente estéril, de aclarar mis ideas, que, como hemos dicho, son lo que se esconde detrás de la frente (por cierto, en mi caso, cada vez más amplia).

Y toda esta confusión parece haberse condensado en el título, surgido de forma instintiva, casi espontánea, título que, aún cuando todavía no veo demasiado claro, por su plasticidad me agrada sobremanera, por lo que lo mantengo y lo intentaré explicar, incluso a mí mismo.

Conviene aclarar de entrada que “mejor” debe tomarse como adjetivo comparativo, es decir, como «superior a otra cosa y que le excede en una cualidad moral o natural» (2), y que esa otra cosa son las elecciones. Por lo tanto, su valor no es absoluto, sino relativo, algo que, puestos a elegir, de mantenerse la penosa situación actual —situación que intentaré analizar a continuación—, me resultaría preferible.

Todo empieza, ahora, con el intento de encontrar, también de forma condensada, el significado o mensaje escondido que subyace en el chusco y escueto titulo, la proposición que me permita efectuar un desarrollo coherente del artículo y, consecuentemente, un aclarado de mis ideas. Y encuentro esto:
«Cuando los representantes de los trabajadores no son trabajadores y los representantes de los ciudadanos no son ciudadanos, puede suceder cualquier cosa».
Y esta proposición, vista así, ya empieza a decir mucho. En primer lugar, establece dos premisas,  las cuales condicionan la conclusión y, en aras de la precisión y objetividad, requieren por lo tanto aclarar el significado que se les supone —al menos en este artículo— a los términos “trabajador” y “ciudadano”(3).

Si entendemos un “trabajador” como el «que trabaja» (4), la primera premisa es aparentemente falsa, porque ambos “trabajan”. El problema aparece cuando analizamos “para quién trabajan”. Porque un trabajador “representado” puede trabajar indistintamente por su cuenta (autónomo) o por cuenta ajena (patrón o empresa pública o privada), pero un trabajador “representante” debe trabajar siempre por cuenta de sus representados. Y cuando esto falla, es porque no efectúan su trabajo, por lo que dejan de ser trabajadores. Serán otra cosa —imaginen la que quieran—, pero trabajadores, NO.

En cuanto a la segunda premisa, si entendemos por “ciudadano” la definición ortodoxa: «Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país» (5), volvemos a falsarla aparentemente. Si bien resulta indiscutible que los representantes de los ciudadanos son los políticos, y que estos ciudadanos “representantes” intervienen en el gobierno de país, lo que ya es más discutible es que lo hagan los ciudadanos “representados”, aunque sea de forma indirecta por su capacidad de elección en unas elecciones. Y aquí no tendré en consideración una no-conformidad mayor representada por el generalizado incumplimiento de sus programas, lo que conduce inevitablemente a que su «intervención en el gobierno del país» sea, sino diametralmente opuesta, sí significativamente distinta a la que esperaba el ciudadano "representado". En cambio, tendré en consideración su considerable alejamiento de la realidad estadística ciudadana, que se podría resumir en su pertenencia mayoritaria a la categoría de "trabajador", por supuesto presuntamente “representado” también por ellos. Y este alejamiento, este “desclasamiento” es el que vamos a intentar demostrar.

Para ello me he tomado la molestia de extraer de las biografías de los principales líderes políticos actuales (6) unos datos básicos (edad, formación académica, años de “trabajo” y años en “política") cuyo resumen aporto:

  • Mariano Rajoy Brey, Licenciado en Derecho, Registrador de la Propiedad, 85% de su vida (7) en política;
  • Alfredo Pérez Rubalcaba, Doctor en Química Orgánica, 74% de su vida en política;
  • Cayo Lara Moya, Agricultor, 64% de su vida en política;
  • Rosa Díez González, administrativa, 83% de su vida en política;
  • Artur Mas I Gavarró, Licenciado en Económicas y Empresariales, 15% de su vida en el sector privado (8), 85% en política;
  • Susana Díaz Pacheco, Licenciada en Derecho, 100% de su vida en política.

Además de estos datos resumidos, cabe señalar que, con la honrosa excepción del Molt Honorable President de la Generalitat de Catalunya, no se encuentra referencia alguna de “trabajo” ciudadano representado estadísticamente estándar (privado), repartiendo toda su actividad no-política entre el funcionariado, el sector público o la docencia. Por esto es por lo que pienso que, así sin más, no se les puede asimilar, como ciudadanos “representantes”, a la misma categoría de los ciudadanos “representados”. Es más, por su más que evidente alejamiento de la problemática real, del día-a -día, de los ciudadanos a los que presuntamente representan, resulta obvio que el resultado no puede ser bueno para los "representados".

Y un paseo rápido, tanto por el pasado (Felipe González, José María Aznar y Rodríguez Zapatero) como por el futuro (Pablo Iglesias, Eduardo Madina o Pedro Sánchez, entre otros), no mejora la situación. En resumen, predomina la formación en Derecho, la docencia, el funcionariado, lo público y brilla por su ausencia la formación técnica —perdón Sr. Rubalcaba— y la dedicación al competitivo sector privado, tan denostado, pero realidad indudable, con paro y todo, para la aplastante mayoría de los ciudadanos (mal) representados.

Y como no se puede negar que esta situación y estos representantes, lo son de forma legal, y que esta “representación” la ostentan por delegación expresa de los “representados” a través de las elecciones, debo concluir que algo no funciona. Que el problema real de nuestra democracia es de no-representación, pero que este problema no es visto así por la ciudadanía, enfrascada en un zapping electoral en la espera infantil, inmadura y cómoda de que “los nuevos lo harán mejor”, sin darse cuenta que lo que sucede es responsabilidad suya (o nuestra) y no de sus presuntos representantes.

Y por esto es por lo que concluyo: si esto sigue así —repito, si sigue así—, sería mejor descargar de los electores su responsabilidad, institucionalizar la irresponsabilidad ciudadana y sustituir las elecciones periódicas entre listas cerradas de políticos y no-políticos que aspiran a la permanencia y a la pertenencia (9), por una Tómbola. Por un sorteo, con un buen sueldo y con obligación social y penal de aceptar y ejercer el puesto. Sin ninguna duda, estadísticamente hablando, dado que toda la clase política actual renovable sería excluida, el resultado no sería peor que lo que tenemos. Por simple cálculo de probabilidades, nos representarían ciudadanos de todo pelaje y condición, lo que incluiría, entre otros, ciudadanos competentes, no mayoritariamente abogados, éticamente solventes y acostumbrados a la competitiva lucha diaria en las trincheras de la vida, no de los partidos. Sin duda, nos representarían mejor, la Calidad aumentaría y, probablemente, en algún caso, hasta rozaríamos la Excelencia.  Lo dicho: mejor una Tómbola.

Notas:
1 – Catorce detenidos por fraude en los cursos de formación de UGT-A.
2 – Acepción 1 DRAE.
3 – Al término “representante” no le dedicaré mayor atención.
4 – Acepción 1 DRAE.
5 – Acepción 4 DRAE.
6 – Había que elegir. Y he elegido a los que encabezan sus formaciones. Por algo será.
7 – He considerado desde los 20 años, a pesar de que yo empecé a trabajar (sin comillas) con 14 y algunos de ellos entraron en política en la pubertad.
8 – Rara avis. Me quito el sombrero.
9 – No sorprende el nulo interés por la política (entendida así) de personal ajeno, independiente y competente con inquietudes sociales y de servicio a la comunidad. Que haberlo, haylo.

jueves, 19 de junio de 2014

Del punto al Círculo ¿Política o Geometría plana?

Punto y Círculo
La inopinada aparición en el espectro político del partido Podemos ha situado la palabra Círculo en lugar preferente del vocabulario, circunstancia que ha despertado en mí recuerdos perdidos en la más recóndita profundidad de mis neuronas, archivados y oxidados desde hace más de medio siglo. Y dado que mi conocimiento del término es estrictamente geométrico, apoyado de forma concreta y aséptica en el tercer postulado de Euclides (1), no me he podido sustraer al deseo de explorar la hipotética relación entre Política y Geometría, dando por supuesto que el bautizo con esta palabra de una de la iniciativas estrella del partido estrella, debe tener un profundo y concreto sentido político, metafóricamente distinto, por ejemplo, al de un Cuadrado. Por descontado, todo lo que sigue no es más que un divertimento con el fin de entretener y estimular la reflexión.    

Punto:
Geométricamente hablando un punto es adimensional y se define como la intersección de dos líneas, definición recursiva donde las haya, como veremos en el apartado correspondiente. Ahora bien, si llevamos el punto al contexto político, su condición de adimensionalidad le concede una categoría conceptual de primer orden. No siendo nada, expresa una posición en el espacio, posición que en política no puede representar otra cosa que un origen o un final. No en vano se habla de los “puntos” de un programa, puntos que deberían entenderse como objetivos, como lo que se quiere conseguir, como compromisos de los cuales habrá (o habría) que dar buena cuenta ante los electores. Por descontado, y lamentablemente, también se utiliza de forma exagerada para definir la herencia del enemigo, en este caso, en una interpretación sesgada y bastarda, el “punto” de partida. Ni que decir tiene que prefiero su utilización como objetivo de futuro, porque en mi escala de valores políticos, la cúspide la ocupa el programa, el cual, desgranado convenientemente en “puntos”, es el que permite (o debería permitir) a los electores hacer oír su voz con conocimiento y propiedad cada vez que les preguntan en las urnas. Por lo tanto, nada que objetar, a pesar de su connotación estática, me encanta el “punto” político

Línea:
Una línea es una sucesión de puntos. Dicho esto, si queremos llevar la línea al terreno político deberemos acotar su infinitud y dejarla en un segmento, lo que nos permite visualizar un principio y un final. Y consecuentemente, un camino. Porque se habla de la “línea” política. A diferencia del punto, que expresa una posición estática (un adónde), una línea expresa movimiento y acción (el cómo) y, al igual que el punto, puede utilizarse a priori, como un compromiso o a posteriori, como balance o crítica. O sea que, en primera instancia, la utilización de la “línea” en un contexto político me parece de lo más apropiada y deseable. Lo que sucede es que, a diferencia del punto, el cual es una singularidad, una línea (o un segmento), compuesta por puntos, no tiene porqué ser recta. De hecho, en política, casi nunca lo es.

Porque una línea, además de recta, puede ser curva, tortuosa, incluso quebrada. Puede ser también horizontal, vertical o inclinada. Puede ser parabólica o hiperbólica. Y todos estos tipos de línea geométrica definen con precisión la línea política de un individuo (2), organización o partido, con la dificultad añadida de que cambian con el tiempo y acostumbran a mimetizarse con su entorno. Quizá otro día me dedique a establecer correlaciones, pero hoy queda aquí el planteamiento para quien quiera entretenerse. En cualquier caso, con toda su dificultad, lo dicho no desmerece en absoluto el hecho de que conocer la “línea” política de “lo político” es, como he dicho anteriormente, no sólo apropiado sino deseable y metafóricamente comprensible.

Círculo:
Circulo es el conjunto de los puntos de un plano que se encuentran contenidos en una circunferencia. Por lo tanto, un círculo es el contenido, no el envoltorio. Y esta definición es también perfectamente extrapolable al ámbito político, con la única salvedad que, según expresa en su web el partido patrocinador del invento, agrupa personas e ideas. Pero antes de esto, ahondemos un poco en la geometría, en especial en el envoltorio, la circunferencia, una línea muy, muy especial: «La circunferencia es una línea curva cerrada y plana cuyos puntos están a igual distancia de otro fijo que se llama centro». Observarán que he subrayado cinco términos, de los cuales dos («línea» y «punto») nos son conocidos y tres son nuevos, lo que nos lleva a concluir que caracterizan el círculo.

El primero de ellos («cerrada») ya no me gusta un pelo. Se trata de una línea sin principio ni final, un bucle recursivo infinito que, por si fuera poco, ejerce también el papel de límite o frontera, estableciendo una diferenciación clara entre los elementos que están dentro y los que están fuera, lo cual, geométricamente, además de servir de base a la teoría de conjuntos, es clarificador, pero me cuesta más encajarlo en el ámbito político. Lo lamento, pero a pesar de la nebulosa y seráfica justificación del patrocinador, me suena a registro voluntario de ideas e afinidades, por lo que a mí, que no me esperen (3).    

El segundo («plana») es geométricamente obvio, por lo que no se debería prestar más atención, más allá del recurso fácil de calificarlo de falto de “grosor” político y de perspectiva. Pero no pienso hacerlo. 

En cuanto al tercero («centro»), como descarto la centralidad política, me evoca el modelo heliocéntrico copernicano, muy en línea con el giro que pretende dar a la política el partido patrocinador, caracterizado hasta ahora, por exhibir (de buen grado o por desmesurada atención de los medios) hasta la saciedad la figura visible en torno a la cual gira y se articula su mensaje. Resumiendo, los puntos (personas e ideas) contenidos en la línea cerrada (límites), giran en torno a un punto común (que también será una persona y sus ideas) llamado centro.

O sea, que, a diferencia del Punto y la Línea, la utilización política del término Círculo no me convence. Lo cual no es óbice para considerar completamente legítimo el hacerse miembro de uno. Y como resumen final, en mi caso, me encanta estudiar los Puntos de un programa político, me interesa enormemente conocer o estudiar la Línea política de políticos o partidos, pero no me interesa nada el significado ni la función de un Círculo político, sea de Podemos o de cualquier otro, Porque el ejemplo, visto el éxito del invento, quizás cunda.

Notas:
1 – Se puede trazar una circunferencia con centro en cualquier punto y de cualquier radio.
2 – Sin ánimo peyorativo.
3 – Ya tengo bastante con Google, Facebook, Android e Internet.