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sábado, 20 de diciembre de 2014

Pujol, «el imputado»

Caramba con la puertecita... ¿Qué les recuerda?
La realidad es que, desde el mes de Julio, desde la esperpéntica «confesión» del personaje, confesión que mereció oportuna atención en este blog, me había prácticamente olvidado del ex-honorable, excepción hecha de la esporádica aparición del tema en los medios, incluidos los ejemplarizantes descargos de culpabilidad, blandiendo la retórica «presunción de inocencia», con los que nos ha obsequiado su, mal que les pese, retoño político (no biológico), Convergencia Democrática.

Pero el caso ha experimentado un importante salto cualitativo, representado por el auto de imputación de la magistrada del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, Dª Beatriz Balfagón, emitido el 11 de Diciembre pasado, requiriendo la declaración del susodicho (Pujol, «el imputado»), su esposa Marta y tres de sus hijos (Marta, Mireia y Pere) el próximo 27 de Enero.

Este hecho es el que me ha llevado a interesarme de nuevo por el personaje y su prole, dedicando alguna atención, tanto a las informaciones de los medios, como al propio auto de imputación, atención que, adelanto en mi descargo, ha sido un tanto superficial, centrada en la reacción epidérmica e inmediata, no excesivamente meditada, que algunas partes de la lectura me han provocado, en sintonía, creo, con la mayoría de los mortales, agotados sufridores de hechos de categoría similar a los descritos, a los que no les es exigible tener conocimientos ni ganas de entrar en mayores profundidades analíticas (1).

La juez imputa a Jordi Pujol por ocultar la fortuna familiar en Andorra (El País, 16-12-2014)

Empezamos leyendo algo que ya sabiamos: «Según relató el expresidente catalán el 25 de julio, el dinero oculto en el país de los Pirineos procedía de una herencia paterna que el abuelo Florenci Pujol legó a su nuera Marta y a sus siete hijos», pero lo realmente importante es ésto: «La Fiscalía Anticorrupción y la magistrada ponen en duda esa tesis». O sea, ya somos más, porque esta impresión era y es la generalizada.

Nos enteramos también que «El pasado julio —unos días antes de la confesión—, la madre y los tres hijos regularizaron los fondos de Andorra —unos cuatro millones, en total— y los depositaron en una cuenta del Banco de Madrid». Manda güevos... ¡unos días antes!, además ¡qué poca sensibilidad! Lo podrían haber hecho en un banco autóctono, CaixaBanc o el Banc de Sabadell.

Por último destacamos que «La juez ve necesario ahora “dar la oportunidad a los imputados de ser oídos” y “tomarles declaración”, una decisión que ha generado malestar en el entorno del expresidente al considerarla prematura». Perfecto, prematuramente o no, que declaren.

Conclusión: Esperemos que con estas diligencias se vierta algo de luz sobre tan oscuros y desagradables hechos, los cuales ya han causado profunda mella en la credibilidad de la clase política, fundamentalmente debido a la personalidad del imputado, ejemplo y paradigma de corrección política para la mayoría de ciudadanos, entre los que me incluyo, hasta Julio pasado. Y esta mella es irreparable. 

Terminamos con un juicio de valor, también simplista y superficial, pero profundamente arraigado: ¡Vaya familia! ¿Dónde queda la Calidad y la Excelencia polìtica? (2)

Notas: 
  1. Si a los políticos les parece mal esta «superficialidad» de los ciudadanos, que se lo piensen antes de ponerse bajo su simplificador punto de mira.
  2. No olvidemos que faltan hijos, imputados en otras causas y que los datos de la regularización de Hacienda, en especial los correspondientes a la «radical» Mireia (21.200 € declarados en 2010), provocan sonrojo e indignación extrema (ver “Quién es quién en el caso Pujol”).