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jueves, 19 de junio de 2014

Del punto al Círculo ¿Política o Geometría plana?

Punto y Círculo
La inopinada aparición en el espectro político del partido Podemos ha situado la palabra Círculo en lugar preferente del vocabulario, circunstancia que ha despertado en mí recuerdos perdidos en la más recóndita profundidad de mis neuronas, archivados y oxidados desde hace más de medio siglo. Y dado que mi conocimiento del término es estrictamente geométrico, apoyado de forma concreta y aséptica en el tercer postulado de Euclides (1), no me he podido sustraer al deseo de explorar la hipotética relación entre Política y Geometría, dando por supuesto que el bautizo con esta palabra de una de la iniciativas estrella del partido estrella, debe tener un profundo y concreto sentido político, metafóricamente distinto, por ejemplo, al de un Cuadrado. Por descontado, todo lo que sigue no es más que un divertimento con el fin de entretener y estimular la reflexión.    

Punto:
Geométricamente hablando un punto es adimensional y se define como la intersección de dos líneas, definición recursiva donde las haya, como veremos en el apartado correspondiente. Ahora bien, si llevamos el punto al contexto político, su condición de adimensionalidad le concede una categoría conceptual de primer orden. No siendo nada, expresa una posición en el espacio, posición que en política no puede representar otra cosa que un origen o un final. No en vano se habla de los “puntos” de un programa, puntos que deberían entenderse como objetivos, como lo que se quiere conseguir, como compromisos de los cuales habrá (o habría) que dar buena cuenta ante los electores. Por descontado, y lamentablemente, también se utiliza de forma exagerada para definir la herencia del enemigo, en este caso, en una interpretación sesgada y bastarda, el “punto” de partida. Ni que decir tiene que prefiero su utilización como objetivo de futuro, porque en mi escala de valores políticos, la cúspide la ocupa el programa, el cual, desgranado convenientemente en “puntos”, es el que permite (o debería permitir) a los electores hacer oír su voz con conocimiento y propiedad cada vez que les preguntan en las urnas. Por lo tanto, nada que objetar, a pesar de su connotación estática, me encanta el “punto” político

Línea:
Una línea es una sucesión de puntos. Dicho esto, si queremos llevar la línea al terreno político deberemos acotar su infinitud y dejarla en un segmento, lo que nos permite visualizar un principio y un final. Y consecuentemente, un camino. Porque se habla de la “línea” política. A diferencia del punto, que expresa una posición estática (un adónde), una línea expresa movimiento y acción (el cómo) y, al igual que el punto, puede utilizarse a priori, como un compromiso o a posteriori, como balance o crítica. O sea que, en primera instancia, la utilización de la “línea” en un contexto político me parece de lo más apropiada y deseable. Lo que sucede es que, a diferencia del punto, el cual es una singularidad, una línea (o un segmento), compuesta por puntos, no tiene porqué ser recta. De hecho, en política, casi nunca lo es.

Porque una línea, además de recta, puede ser curva, tortuosa, incluso quebrada. Puede ser también horizontal, vertical o inclinada. Puede ser parabólica o hiperbólica. Y todos estos tipos de línea geométrica definen con precisión la línea política de un individuo (2), organización o partido, con la dificultad añadida de que cambian con el tiempo y acostumbran a mimetizarse con su entorno. Quizá otro día me dedique a establecer correlaciones, pero hoy queda aquí el planteamiento para quien quiera entretenerse. En cualquier caso, con toda su dificultad, lo dicho no desmerece en absoluto el hecho de que conocer la “línea” política de “lo político” es, como he dicho anteriormente, no sólo apropiado sino deseable y metafóricamente comprensible.

Círculo:
Circulo es el conjunto de los puntos de un plano que se encuentran contenidos en una circunferencia. Por lo tanto, un círculo es el contenido, no el envoltorio. Y esta definición es también perfectamente extrapolable al ámbito político, con la única salvedad que, según expresa en su web el partido patrocinador del invento, agrupa personas e ideas. Pero antes de esto, ahondemos un poco en la geometría, en especial en el envoltorio, la circunferencia, una línea muy, muy especial: «La circunferencia es una línea curva cerrada y plana cuyos puntos están a igual distancia de otro fijo que se llama centro». Observarán que he subrayado cinco términos, de los cuales dos («línea» y «punto») nos son conocidos y tres son nuevos, lo que nos lleva a concluir que caracterizan el círculo.

El primero de ellos («cerrada») ya no me gusta un pelo. Se trata de una línea sin principio ni final, un bucle recursivo infinito que, por si fuera poco, ejerce también el papel de límite o frontera, estableciendo una diferenciación clara entre los elementos que están dentro y los que están fuera, lo cual, geométricamente, además de servir de base a la teoría de conjuntos, es clarificador, pero me cuesta más encajarlo en el ámbito político. Lo lamento, pero a pesar de la nebulosa y seráfica justificación del patrocinador, me suena a registro voluntario de ideas e afinidades, por lo que a mí, que no me esperen (3).    

El segundo («plana») es geométricamente obvio, por lo que no se debería prestar más atención, más allá del recurso fácil de calificarlo de falto de “grosor” político y de perspectiva. Pero no pienso hacerlo. 

En cuanto al tercero («centro»), como descarto la centralidad política, me evoca el modelo heliocéntrico copernicano, muy en línea con el giro que pretende dar a la política el partido patrocinador, caracterizado hasta ahora, por exhibir (de buen grado o por desmesurada atención de los medios) hasta la saciedad la figura visible en torno a la cual gira y se articula su mensaje. Resumiendo, los puntos (personas e ideas) contenidos en la línea cerrada (límites), giran en torno a un punto común (que también será una persona y sus ideas) llamado centro.

O sea, que, a diferencia del Punto y la Línea, la utilización política del término Círculo no me convence. Lo cual no es óbice para considerar completamente legítimo el hacerse miembro de uno. Y como resumen final, en mi caso, me encanta estudiar los Puntos de un programa político, me interesa enormemente conocer o estudiar la Línea política de políticos o partidos, pero no me interesa nada el significado ni la función de un Círculo político, sea de Podemos o de cualquier otro, Porque el ejemplo, visto el éxito del invento, quizás cunda.

Notas:
1 – Se puede trazar una circunferencia con centro en cualquier punto y de cualquier radio.
2 – Sin ánimo peyorativo.
3 – Ya tengo bastante con Google, Facebook, Android e Internet.

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