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jueves, 4 de junio de 2015

Unió: la pregunta

Cinco meses han transcurrido desde mi última y escueta publicación, la cual reproduzco en su totalidad como preámbulo:

«Más allá del escepticismo: Con esto (con NADA) está dicho TODO. Sólo espero que 2015, plagado (1) de citas electorales, insufle algo de coherencia y responsabilidad a nuestra clase política, improbable circunstancia que puede hacerme recuperar la inspiración. Hoy por hoy, no merecen ni una letra.»

Pues bien, con la perspectiva que ofrecen las citas ya consumidas (autonómicas andaluzas, locales y autonómicas generales) puedo afirmar que mis cándidas expectativas no se han cumplido. La falta de coherencia y responsabilidad se ha exacerbado, circunstancia que, en aras de esta coherencia que reclamo de forma persistente, debería situar mi inspiración en niveles irrecuperables. Pero una cosa es la inspiración y otra muy distinta son las ganas de escribir, pulsión que siempre he sentido y que nunca he abandonado, satisfecha en este período con otros menesteres, algunos de ellos también relacionados con la política, los cuales, en dedicación decreciente, probablemente, merecerán atención futura. 

Y la verdad es que temas no han faltado (2) ni faltarán, especialmente con las incalificables (3) elecciones autonómicas catalanas del 27-S y las generales con fecha todavía sometida a especulación. Y esta verdadera avalancha de temas objeto de atención, que percibo como de una magnitud nunca alcanzada, es la que hace innecesaria inspiración alguna, trasladando el verdadero problema a la selección de contenidos, problema que será resuelto aplicando una discrecionalidad absoluta, exenta de toda priorización cualitativa, guiado únicamente por el impacto emocional del momento, eso sí, siempre dentro del alcance del blog: la relación de la Política con la Calidad y la Excelencia, desde el punto de vista del cliente, es decir del elector, aplicando criterios empresariales (4) a su proveedor, es decir, la clase política.

La pregunta de Unió (i U)
Y el tema de hoy tiene como protagonista un partido llamado unió democrática de Catalunya (5) (siglas UDC) más conocido —supongo que muy a su pesar— por una conjunción copulativa (6) seguida de una sola letra «i U» indicación más que evidente de una cierta contracción tanto de siglas como de alcance y de concepto. Pues bien, resulta que inmersos en el galimatías del «proceso» (7), sienten la necesidad de consultar a sus 5.000 militantes sobre el grado de soporte (también llamado «compromiso») con el mismo, para lo que han elaborado una pregunta que les será planteada el próximo día 14. Esta pregunta y las declaraciones que la justifican son las que se han ganado a pulso mi atención. Veamos:

«La dirección de Unió propone que el proceso continúe con condiciones»

La pregunta se define como «una fórmula inclusiva que recoge todas las sensibilidades del partido...», «su enunciado evita la dicotomía entre independencia y confederación» (Ramon Espadaler, secretario general) (8).

¿Queréis que Unió Democràtica mantenga su compromiso con el proceso, desde el catalanismo integrador y de acuerdo con los siguientes criterios?

A resaltar el tono coloquial y de proximidad, el sobreentendido profundo significado del mono-término sujeto de la consulta y la cuadrática ambigüedad que resulta de la combinación de los términos “catalanismo” e “integrador”, extremadamente ambiguos en sí mismos. Siguen los criterios, todos ellos, excepto el último, con una aclaración en el original entre paréntesis, debidamente comentados.

1 - Soberanía (no poner límites a la aspiración de plena soberanía)
Redundante, una aspiración de "plena" soberanía, por definición no tiene límites.

2 - Democracia (tomar todas las decisiones de forma democrática)
Obvio, faltaría más. Desacertada puntualización que, por sí misma, presupone la posibilidad de tomas de decisiones no democráticas (se ignora si se refieren a democracia interna o externa).

3 - Diálogo (gestionando el proceso desde el diálogo entre los gobiernos catalán y español)
Solamente criticable el empleo de la preposición "desde" que sugiere un origen pero no un final. Sería más aceptable sustituirla por "mediante", que deriva de mediar y puede también interpretarse como "con la ayuda"

4 - Seguridad jurídica (excluir la declaración unilateral de independencia o un proceso constituyente al margen de la legalidad)
El único problema, no menor, es qué se entiende por "legalidad". Por lo tanto, indefinición.

5 - Europa (descartando cualquier escenario que implique estar fuera de la UE)
Buenismo puro y duro. No depende del "proceso" sino de la UE.

6 - Cohesión social y territorial
Probablemente sin paréntesis explicativo por la infinita dificultad de profundizar en su significado.

A continuación dos casillas con SI o NO (decisión unívoca, impropia de los infinitos matices subyacentes en la retorcida redacción, únicamente eludible mediante la abstención).

Concluyendo, no quisiera estar en la piel de los 5.000 militantes llamados a consulta, en especial tras las declaraciones del propio Espadaler de hace dos días asegurando que «la consulta interna del 14J no será ambigua». Caramba con la concreción. Ardo en deseos de conocer el resultado y las consecuencias de todo esto.

De momento, Calidad y Excelencia, poca. Política, mucha. Y mucho alimento para mi escepticismo, renovado recientemente. Continuará.


NOTAS:
  1. Ahora, al leerlo de nuevo, caigo en la cuenta de la connotación peyorativa del adjetivo, derivado de «plaga».
  2. El espectáculo poselectoral, tanto de los emergentes como de los ya flotantes, está resultando absolutamente impagable.
  3. Tómese como literal: ni los promotores ni los protagonistas se ponen de acuerdo en su calificación (plebiscitarias o no, trascendentales, soberanistas, independentistas, etc., etc.).
  4. La correlación entre Política y Empresa está esbozada en “Empezando por el principio”.
  5. Mayúsculas y minúsculas según el panel de fondo de foto de la Vanguardia (3-06-2015, reunión en la sede del partido). Queda bastante clara la relación jerárquica entre los tres términos: menos unión, menos democracia, más Catalunya. Los partidos nunca hacen nada a humo de pajas.
  6. El orden en la cópula parece indicar una cierta subordinación, es decir, más que dar, recibe (de Convergència, se entiende).
  7. Hace ya tiempo que en Catalunya se ha convertido en tema omnipresente por lo que deja de adjetivarse.
  8. Todas las frases entrecomilladas pertenecen al artículo citado en 5.

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