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domingo, 6 de mayo de 2018

Proceso, Procés, Prozesu

Resulta innegable que la disolución de ETA en el pueblo vasco [sic] ha devenido noticia de portada en todos los medios, no tanto por su sentido metafórico imposible (ni ETA es una sustancia soluble, ni el pueblo vasco es un líquido; con “disolverse” ⎼en su acepción no química⎼ a secas, era más que suficiente) sino por el exagerado carácter exhibicionista de su puesta en escena en Cambo-les-Bains (actores, mediadores, verificadores, figurantes, extras, espectadores, invitados y mirones incluidos), habida cuenta de que desde 2011 ya no quedaba nada por disolver. En cualquier caso, haciendo buena la metáfora, podemos inferir que los miembros de ETA que aún perviven (el soluto) se dispersarán homogéneamente entre los miembros del Pueblo Vasco, que actuará como sustancia solvente. Y por ahí andarán felizmente por los siglos de los siglos en forma de solución (ahora en su acepción química), esperemos que no saturada (es decir, que no se hagan de nuevo visibles precipitándose al fondo).

Pero no es esta incongruencia metafórica la que me ha llevado a escribir (de hecho, en las últimas 48 horas, el texto completo de la declaración ha sido objeto de sesudos análisis forenses que a modo de autopsia lo han vuelto del derecho y del revés y lo han dejado reducido a un estado similar al del residuo seco de un destilado). Lo que me ha llevado a escribir ha sido la inesperada aparición en el penúltimo párrafo de las cuatro palabras resaltadas (realmente, cinco), elevadas hoy por estos pagos a la categoría de conceptos trascendentes, hecho notable que, a mi modo de ver, no es fortuito y que no ha merecido la debida atención mediática. Transcribo a continuación el párrafo completo para no perder contexto:



«En adelante, el principal reto será construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto como para abordar su raíz política e histórica. Materializar el derecho a decidir para lograr el reconocimiento nacional será clave. El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco».


A continuación, el párrafo de marras traducido al euskera¹:


Hemendik aurrera, erronka nagusia izango da indar pilaketak, herri aktibazioak eta akordioak elkarren artean dauden ardatzak dituen prozesu bat eraikitzeko, gatazken ondorioak aurre egiteko eta sustraiak politiko eta historikoak aurre egiteko. Aitortze nazionala lortzeko erabakitzeko eskubidea gakoa izango da. Ezkerreko independentziaren mugimenduak Euskal Herriaren konstituzioa ekarriko du.


Y por último, una adaptación libre² del mismo párrafo en el idioma autóctono de nuestra entrañable tribu, adaptación que en su literalidad y en forma de manifiesto, arenga, soflama o programa electoral podría hoy mismo ser suscrita, escrita, aplaudida, aclamada, compartida, coreada, repetida, respaldada, reconocida como propia, incluso votada, por buena parte de sus pobladores (por lo de poble), todos ellos desde hace ya bastante tiempo homogéneamente “disueltos” en concentración (de nuevo en su acepción química) algo baja para sus intereses, aunque a decir verdad, vistos los hechos, no parece que les preocupe demasiado: 

Con todas mis reservas...
D'ara endavant, el principal repte serà construir un procés com a poble que tingui com a eixos l'acumulació de forces, l'activació popular i els acords entre diferents, tant per abordar les conseqüències del conflicte com per abordar la seva arrel política i històrica. Materialitzar el dret a decidir per aconseguir el reconeixement nacional serà clau. L'independentisme d'esquerres treballarà perquè això condueixi a la constitució de la República de Catalunya.


¿Les suena? ¡Qué poca imaginación!: procés³, poble, dret a decidir³, independentisme. Por aquí estos términos ya los tenemos más que gastados. ¿Mimetismo?, ¿clonación?, ¿emulación?, ¿envidia? Pues nada, querido Pueblo Vasco, bienvenidos al club: pasen, vean, y a por el prozesu, el ¿jende?, el erabakitzeko eskubidea y el independentziaren. Que tengan suerte. La van a necesitar.

Para acabar, aprofitant l'avinentesa, me gustaría dejar constancia de que el procés (el original, el autóctono, el “pata negra”) me está resultando tanto o más incomprensible que el euskera. Es decir, no entiendo nada. Con esto está dicho todo.

NOTAS:
  1. Traducción de Google. Hasta donde llega mi conocimiento, paradójicamente, la declaración únicamente se ha publicado en el idioma del «estado jacobino» que «se obstina en perpetuar el conflicto» [sic]. Lamentablemente, a la comprensible incomprensibilidad de la traducción se le suma mi incapacidad para localizar, aislar y subrayar el vocablo «pueblo» traducido (según Google: jende).
  2. En aras del rigor, la calidad y la excelencia que pretende mantener este blog, me he tomado la libertad de tachar el calificativo «de izquierdas», en nuestro caso manifiestamente parcial e inexacto por tratarse de un “movimiento” (dicho sea sin ánimo peyorativo) de amplio espectro que agrupa en interesada simbiosis: a) los susodichos; b) numerosos elementos inequívocamente “de derechas”; c) algunos “mutantes” de uno u otro lado; y d) unos pocos “inclasificables”; sin olvidar el segundo cambio: la obligada sustitución, por la nueva localización geográfica, del nombre del utópico y paradisíaco ente que les espera al final del proceso/procés/prozesu a los esperanzados simbiontes.
  3. Puestos a categorizar, estos dos ocupan la cúspide jerárquica.
  4. Aquí se puede consultar un análisis en profundidad de este vocablo clave.
  5. 1. f. Biol. Asociación de individuos animales o vegetales de diferentes especies, sobre todo si los simbiontes sacan provecho de la vida en común (mis efusivas felicitaciones al Diccionario R.A.E. por la exactitud de la definición).

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